Hoy, primer artículo de esta sección en el que me gustaría crear un sentimiento de recuerdo con una visión del ayer, una visión que en ocasiones nos hace falta para el convivir de este mundo cofrade. Una sección en la cual, los mayores rememoren aquellas hermandades del entonces y los jóvenes aprendan el pasado de dicho género cultural. En este se podrá contemplar un estudio a fondo de una cierta corporación donde se valore desde el ayer hasta el día de hoy de una cofradía. Como a mi me gusta decir " Cada hermandad es una casa " pues bien, me encantaría abrir las puertas de cada casa para que ustedes puedan saber un poco más de ella.
En nuestro primer artículo hablaremos de lo que se denomina una hermandad de barrio de la capital cordobesa. Una corporación donde por encima de todas las cosas destaca su gran vinculación con su barrio, el Zumbacón. Cada Lunes Santo se puede observar como la barriada se echa a la calle para ver a sus titulares.
Esta historia comienza en el año 1954 cuando un grupo de feligreses de la parroquia de San Antonio de Padua, empieza a forjar estrechos lazos con el Sacramento de Jesús naciendo así, una hermandad de carácter Sacramental. Sus primeros titulares fueron, hablando del cristo, una talla cedida por la diputación provincial de Córdoba al templo. En el caso de la titular Mariana en esta podemos observar dos corrientes primordiales. Por un lado, la advocación que recaía sobre el cuerpo de prisiones que en esa época era contiguo al templo. Por otro lado, los fundadores, que en su mayoría, eran una representación de trabajadores de CEPANSA
Su primera procesión letífica fue realizada el 1 de noviembre de 1954. Sus primeras salidas tenían un recorrido medianamente corto puesto que se producían en las calles aledañas al templo. En aquellos entonces utilizaban el palio de María Santísima de la Amargura perteneciente a la hermandad del Rescatado. Al realizar la procesión por las calles del barrio, solo y únicamente procesionaba la virgen.
Al entrar en la década de los años 60 es digno de admirar como esta cofradía va aumentado su patrimonio y por consiguiente, su número de hermanos. En 1960 estrenan sus primeros respiraderos y tan solo dos años más tarde la corporación emprende un proyecto de una banda de cornetas y tambores que años más tarde será la que acompañe cada Lunes Santo al paso de misterio. En 1964 se ve imposibilitada la consolidación de la misma hasta tal límite que la hermandad no realiza estación de penitencia. Un año después la reemprende pero solo con el paso de palio, ya en propiedad. Desde el 1967 hasta 1970 se suceden diversos estrenos referentes al palio como son, la candelería, las jarras, saya y manto de salida.
En los años 70 hay un cambio que se hace notar en la junta de gobierno que estaría regida por que el después sería capataz, Patricio Carmona. En esta década se emprende una importante obra social en su barrio, situación que haría de esta una gran relación entre ambos componentes como son barrio y hermandad. En 1978 se fomenta la primera cuadrilla de hermanos costaleros de la propia cofradía aunque por las inclemencias meteorológicas no pudieran procesionar hasta 1979.
También se hace destacar en esta misma etapa los cambios por parte de la hermandad ante sus titulares. La imagen de Nuestra Madre y Señora Santa María de la Merced es remplazada por su mal estado de conservación lo que hace que la cofradía encargue al imaginero sevillano Francisco Buiza, realizar una restauración donde Buiza informará a la junta del mal estado y aconsejándole la hechura de una nueva talla, que culminará en 1976, la misma que conservaría hasta 1978 las manos de la antigua imagen. En ese mismo año el cristo seria inadecuado para el misterio que pretendía formar la corporación pidiéndole al mismo imaginero que talló a la virgen una nueva talla cristífera. En 1980 la hermandad adquirió un paso de la cofradía del Perdón de Cádiz. Al año siguiente se estrenaría el sayón y los dos soldados que acompañarían al señor del Zumbacón, los cuales, serian realizados por el jerezano Pinto Berraquero.
En la Semana Santa de 1986 se incorpora la estación de penitencia en el convento de las Esclavas del Santísimo Sacramento en el Colodro ubicado en la calle Mayor de Santa Marina. Mismo año donde también se hace un acto de hermanamiento con la hermandad del Císter. Un año más tarde, el 26 de septiembre realizó una salida extraordinaria con motivo del año mariano en el que procesionaba solamente el paso de virgen. El 25 de noviembre del año 1991 quedó aprobada el traslado de la estación de penitencia a la "Madrugá" del Viernes Santo.
En 1992 piden a la agrupación de cofradías el poder realizar estación de penitencia desde la plaza de las Tendillas, propuesta que se ve rechazada por parte de la agrupación, motivo por el que la hermandad acalló sus bandas al paso de los palcos establecidos en la carrera oficial. En 1998 la corporación ve oportuno el volver a procesionar la tarde del Lunes Santo, creándose así, una polémica entre los hermanos.
En 1996 se lleva a cabo un contrato con el tallista Antonio Martin para realizar un nuevo canasto para el paso del señor, paso que se culminaría en 2013. Una de las obras mas conocidas de Antonio Martin es el retablo de la virgen del Rocio en Almonte. Hablando del paso de palio se terminaran los bordados que se pusieran en marcha a manos de Piedad Muñoz en 1993.
La hermandad conlleva un sin fin de actividades de carácter cultural sin dejar en el olvido el famoso grupo de teatro "Vuesa Merced" que recorrió Córdoba y sus afueras para llevar el nombre de su hermandad a lo más lejos posible. También mencionar su gran labor musical con sus dos bandas, como es en el cristo, la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Señor Humilde en su Coronación de Espinas, y en el caso de la virgen, la banda de música Nuestra Madre y Santa María de la Merced.
Tampoco a día de hoy la cofradía deja su menester con la prisión provincial de Córdoba contando lo innumerables encuentros del Señor Humilde y Santa María de la Merced al realizar su vía-crucis y el rosario de la aurora en donde tanto hermanos como presos se unen para portar sus Sagradas Imágenes.
La hermandad se prepara para el año del jubileo de la orden Mercedaria, la cual ha creado una comisión para realizar cultos y eventos culturales. Sin olvidar a los presos queriendo que estén unidos mediante una representación tanto en los actos como en el montaje de los mismos.
Redacción: Rafa Murillo.
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