jueves, 26 de mayo de 2016

Una de Cal y otra de Arenas

Ya pasado el día de pentecostés, recuerdo que en aquellos días entorno a la salida de la virgen del Rocío que me centre en poner la radio saliendo el alba por el Este. Escuche esa voz de experiencia de vida que me replantea las ideas más elocuentes del nuestro día a día, escuchaba la voz de D. Carlos Herrera. Narraba la historia de la Virgen del Rocío, desde sus orígenes. En esos días solo salían en los medios de comunicación las diversas adversidades que tenían que soportar los romeros. Carretas, Reses y la labor humana eran resaltadas en sus intensas jornadas. lluvia, viento y barrizal era la cotidianidad de las variadas hermandades. Mientras tanto, en otro lado del mundo se vivían verdaderos desafortunios y no causados esta vez por la fe, sino por la guerra.

Devoción, es una palabra muy grande que cada vez se escucha más en este mundo lleno de cofradías. Antes el Rocío era para los rocieros, sin embrago, ahora el Rocío es para todo aquel que se quiera embarcar en una juerga diaria sin devoción, e incluso me atrevería decir sin fe. Me percaté en la redes sociales como gente conocida hablaba del rocío como si no tuviera vida propia cuando antes ni lo había nombrado en su día a día, en un pequeño margen de tiempo todo el mundo era rociero. No niego que exista tanta masa de fervor por cual imagen, respetable, pero en unos años hemos pasado de el fervor de verdad a el fervor temporal de unos días o incluso por el mero "postureo". Las Marismas se han convertido en estos últimos años en una "Macro-juerga" o una feria donde se inscribe gente que ni siquiera va por la virgen. Una hipocresía es la que visitaba hace unos días aquella aldea.

Me gustaría ver quien va a las Marismas a rezarle a la virgen en otra etapa cualquiera del año. Seguro que la mayoría de los que se dan tanto golpes en el pecho entre mayo y junio por aquella imagen que se muestra presente en tan magnífico altar, solo irá tal día de pentecostés. Otra vez me vuelvo a cuestionar si Devoción y fervor o Fiesta y juerga. También felicitar a toda la gente que siente de corazón a la Virgen del Rocío por haber sobre llevado con tan fabulosa categoría las tempestades del camino, mi más sincera y honesta enhorabuena.


Árticulo: Rafa Murillo

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